Si esta tendencia no responde a las “buenas razones”, será por el impacto de la política monetaria, que hará sentir que los pesos escasean, con tasas de interés que obligarán a las empresas a modificar la forma en que manejan su capital de trabajo. En este escenario, el precio del dólar podría estacionarse por un tiempo, combinación que apunta a resultar inquietante para determinados sectores industriales, tras cinco años de estancamiento y en un marco externo poco amigable, dado los excesos de capacidad instalada en países como Brasil y China.
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