Las tarifas y el tipo de cambio están muy rezagados, con los efectos colaterales conocidos, por lo que parece difícil que la distorsión de precios relativos puede profundizarse en el resto de la actual gestión. En el otro extremo, puede haber un núcleo duro del oficialismo convencido que habrán de ser capaces de remontar los resultados de hoy, tal como ocurrió después de 2009. En este caso, vale el punto anterior, respecto de la pérdida de grados de libertad para manejar variables clave de la economía, con el agregado que el contexto internacional del próximo bienio será mucho menos pródigo: de 2009 a 2011, las exportaciones argentinas a Brasil aumentaron 50 % y las ventas al exterior del complejo agroindustrial lo hicieron un 75 %. En cambio, de aquí a 2015 habría que esperar un mundo y una región bastante más exigentes.
Descarga de documentación Un mundo exigente, pero no hostil, para la transición a 2015 |