En la visión más conspirativa, el gobierno está más preocupado por sembrar cargas de profundidad que condicionen y compliquen a la próxima gestión, que por intentar revertir el deterioro de las variables asociadas al nivel de actividad y al empleo, aunque es cierto también que faltan instrumentos para lograrlo. Respecto de los dirigentes de la oposición, un enfoque crítico podría subrayar que, hasta ahora, parecen depositar demasiadas expectativas en la recuperación del crédito internacional, cuando esa es sólo una condición necesaria (no suficiente) para torcer el rumbo de la economía. No es lógico que los únicos preocupados por la coyuntura sean los desempleados (dos millones de personas, según estimación de Ieral) y aquellos empresarios sin espaldas financieras suficientes como para atravesar el 2015.
Descarga de documentación ¿A quién le importa la coyuntura económica? |