Dado que la inversión privada actúa con rezago, sea por condiciones financieras o por la necesidad de ver resultados, y que las exportaciones industriales siguen muy deprimidas, los malos datos de abril y la ansiedad del gobierno llevaron posiblemente a adelantar las medidas conocidas en los últimos días. Para quebrar la inercia recesiva se busca revitalizar obra pública e inyectar al consumo más de 1 punto del PIB (en régimen) de la mano del proyecto de reparación para 2,2 millones de jubilados. La apuesta del gobierno no está exenta de riesgos, ya que aún el resultado del blanqueo es incierto, habrá mayores desafíos en materia fiscal y la agenda de competitividad sigue desdibujada. Sin embargo, los mercados parecen valorar más la gobernabilidad, por lo que el riesgo país sigue bajando, con un Bonar 24 que hace un mes pagaba un spread de 560 puntos básicos y ahora perfora el piso de los 490 puntos.
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