Efectivamente, en aquel momento hubo una “lluvia de inversiones”, haciendo que la formación bruta de capital se incrementara un 62 % en términos reales entre 1959 y 1961.Sin embargo, el contexto en el que se implementó aquella política era muy distinto al actual, ya que entre 1950 y 1973 se vivió la “edad de oro del capitalismo”, con un crecimiento acumulativo anual de 5 % del PIB mundial y, además, a principios de los 60 Estados Unidos lanzaba la “Alianza para el Progreso” destinada a canalizar recursos hacia la región como respuesta a la irrupción del “modelo cubano”. Fruto de esas condiciones, el “desarrollismo” no fue un hecho aislado ya que, por ejemplo, en Brasil se aplicaba el “plan de metas” de Juscelino Kubitschek, con una expansión del PIB a un ritmo del 8 % anual entre fin de los ’50 y principios de los ’60.
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