Esta catarata de malas noticias le plantea un dilema al gobierno. Puede reaccionar con "paciencia", esperando que la desaceleración de la inflación permita un rápido descenso de la tasa de interés sin impacto significativo sobre el mercado paralelo del dólar. O puede ser ganado por la "ansiedad", escenario en el cual aumentan las chances de un desdoblamiento del mercado de cambios, mediante la apertura de un segmento financiero. Esto podría permitir bajar más agresivamente la tasa de interés apostando a que la brecha cambiaria no se dispare, debido al efecto compensador de la eventual entrada de capitales. Pero la implementación de una medida de estas características no es sencilla: hay plazos fijos del sector privado por 260 mil millones de pesos, los pasivos del Banco Central han aumentado a tal ritmo que hoy, para rescatarlos con los 28 mil millones de dólares de sus reservas necesitaría una paridad cercana a los 20 pesos, cuando a fin de 2013 esa relación daba 15 pesos.
Descarga de documentación Ante el dolor del ajuste; ¿paciencia o ansiedad? |