Distintos acontecimientos lo han convulsionado hasta comprometer seriamente a la economía regional. La caída del precio internacional del petróleo y el problema geopolítico que mantiene Rusia en Ucrania devinieron, respectivamente, en una devaluación del rublo y en la prohibición rusa a las importaciones de distintos productos de la EU. Lo primero influye en forma directa sobre los volúmenes y precios que nuestras exportaciones de pomáceas lograrán obtener en ese país. Lo segundo sobre nuestras colocaciones en la propia EU, pues la suma de la nueva limitación comercial y la gran producción que allí fue obtenida ha generado una sobre oferta interna. Ambos mercados son claves para nuestras exportaciones. A su vez, en Brasil, la EU ha ingresado con su fruta sobre el final del año pasado en forma importante y sin restricciones, y pese a ser nuestro principal socio dentro del Mercosur, nuestras exportaciones están sufriendo allí ciertas barreras para arancelarias. Solo existen expectativas de pérdida para éste importante sector económico regional. Es un momento en el cual el gobierno nacional y los gobiernos provinciales deben esforzarse por menguar el impacto, que se verá reflejado en una caída considerable de ingresos y empleos en una actividad esencial para el Comahue. Y ésta, lejos de ser potenciada, compite con el mundo de modo muy desigual, en gran parte debido a las políticas económicas domésticas.
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