Por lo menos, en este último caso, sabemos que no hay riesgo bélico y, además, las prudentes señales de Estados Unidos a propósito de la última escalada permiten corroborar el notable cambio del centro de gravedad de la economía mundial, en el que regiones como América latina han pasado a sobresalir, en contraste con la debilidad del mundo desarrollado. Pero deberíamos saber que, desde el punto de vista de la Argentina, poner en valor la pertenencia a la región implica, entre otras cosas, profundizar la integración en el seno del MERCOSUR. Si también entramos a pulsear con Brasil por las restricciones a las importaciones, ese bonus perderá significación.
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