- Un déficit fiscal alto como se llegó a tener en 2015, de más de 7% del PBI y sin mercado de capitales ni financiero profundos deriva en la necesidad de colocar deuda pública externa y esto genera un escenario de potencial inestabilidad, afectando el horizonte para la inversión productiva. Porque el financiamiento con deuda externa lo que provocó, para que no se apreciara tanto el peso como en 2017, que el Banco Central tuviera que esterilizar la emisión derivada de la compra de dólares al Tesoro con la colocación de Lebac, las que llegaron hasta representar el 11% del PBI
- El déficit sin endeudamiento lleva al cepo, que no es otra cosa que crear un zoológico de pesos donde el Estado los podía cazar a una tasa de interés baja, porque esos pesos no tenían la opción de destinarlos a comprar otro activo, como los dólares. Pero eso destruye el comercio exterior, como ocurrió entre 2011 y 2015
- El canje de deuda de largo plazo no debe considerarse como un sustituto del esfuerzo fiscal que el país necesita. No tener en cuenta esta premisa puede afectar negativamente el futuro de la economía por dos vertientes: 1) se necesita evitar que cierto porcentaje de tenedores de bonos pueda bloquear la propuesta; y 2) se requiere certeza respecto a que el índice de riesgo país pueda bajar rápida y sustancialmente una vez completado el proceso de canje". Si esto no se resuelve bien, en el 2020 no va a ser posible salir de la recesión. Por eso creo que hay un llamado a la dirigencia política para que de un horizonte de previsibilidad de mediano y largo plazo
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