Este fenómeno refleja en buena medida la suba de los precios de las materias primas y la explosiva demanda brasileña. Sin embargo, de cara a 2012, habría que asumir que la variación de las exportaciones en dólares recorte a la mitad su trayectoria, dado el debilitamiento del mercado de commodities y la desaceleración de la economía del vecino país. Se trata de un escenario bien distinto al que dominó el último período; quedará atrás la abundancia de dólares de origen comercial y se abrirán nuevos desafíos tanto en el plano financiero como en el de la competitividad.
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