No es que el mercado intuya una gran devaluación que impacte en la dinámica de precios, ya que el tipo de cambio esperado para diciembre es de 18,4 pesos por dólar. Más bien, la brecha parece obedecer a la expectativa de negociaciones salariales con cláusulas de ajuste más cercanas al 25 % que al 20 %, y a la subsistencia de múltiples mecanismos de indexación. Al margen de las conjeturas, la credibilidad del Banco Central se juega este año en el comportamiento de la inflación durante el segundo semestre, ya que sería un éxito si los guarismos se acercan a 1 % mensual, aun cuando el acumulado del año se ubique algo por encima del techo de la meta (17 %). Esto podría lograrse con un 18,5 %, por ejemplo, pero no con el 20,8 % proyectado por el mercado.
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