Enfocándonos en lo acontecido durante los dos primeros cuatrimestres de 2010 en la
economía de Salta, no resulta fácil llegar a una conclusión firme que nos permita
anticipar el resultado final para lo que resta de este año. Es que algunos indicadores
indirectos de producción muestran una tendencia prometedora como el consumo de
energía eléctrica, el gas entregado a industrias y el consumo de gas oil. Sin embargo
fuerzas contrapuestas se encuentran en la evolución del consumo y las exportaciones,
que provocan como resultado final un menor nivel de actividad al registrado en 2009.
La variable que utilizamos para monitorear este nivel, la recaudación del Impuesto a
las Actividades Económicas, nos indica un retroceso de casi un 4% con respecto al año
que pasó.
Si bien el consumo de bienes durables (patentamientos de 0 km) lleva acumulado un
aumento del 19% a agosto de 2010, el consumo masivo medido a través de las ventas
reales por metro cuadrado en supermercados ha profundizado su caída durante el
segundo trimestre, con una variación negativa del 9%. El menor consumo se explica
por un lado en el deterioro del salario real, consecuencia de que el ritmo inflacionario
fue mayor al del aumento de las remuneraciones. Por el otro la masa salarial, que mide
la capacidad de compra total de los trabajadores, es menor a la del 2009 por la
destrucción de empleos formales. Entre el primer trimestre de 2010 y 2009 se registra
una caída cercana al 3% en la cantidad de puestos de trabajo formales y este proceso
puede haber continuado durante el segundo trimestre, para el que la tasa de
desocupación llegó a un 10,6% y se ubicó en la cuarta más elevada del país.
En cuanto al análisis sectorial la construcción parece haber encontrado un camino de
recuperación, acumulando los permisos de construcción un crecimiento del 13% en el
primer semestre. Pero en este caso aparecen también luces amarillas por una leve
caída en el consumo de cemento y bajas en el empleo del sector. Si bien es esperable
que la reactivación de los permisos logre revertir la tendencia reciente de estos dos
últimos indicadores, de no ser así la construcción podría caer nuevamente en un ciclo
de bajas. En tanto, las exportaciones salteñas del primer trimestre han evidenciado
una caída del 4% en comparación al mismo período de 2009. Como en este período no
se contabilizan todavía saldos exportables de granos, cuyo crecimiento se descuenta,
seguramente se observará un mayor dinamismo para el resto del año. Sin embargo
preocupa una importante reducción del 34% en las ventas externas del rubro de
Energía y Combustible, que de convertirse en tendencia podría reducir las expectativas
de expansión del frente externo.
En contraposición a este panorama incierto, la situación de las finanzas públicas
provinciales resulta claramente favorable. Durante el primer semestre los ingresos
totales han crecido un 33% contra un aumento del gasto de sólo el 13%. Como
consecuencia de este fuerte ajuste fiscal, el superávit (primario y fiscal) en términos
nominales y reales es el mayor desde 2005, lo que se traduce en la mejor situación
fiscal de la provincia en los últimos seis años.