Por Gerardo Alonso Schwarz y Juan Cuevas
La devaluación de la moneda brasileña de las últimas semanas genera efectos en la economía argentina en general (y en las provincias limítrofes con mayor impacto aún) a través de, por lo menos, tres principales canales: el comercio de servicios (en especial el turismo), el comercio de frontera, y el comercio exterior formal.
En primer lugar, teniendo en cuenta el comercio de servicios, de cara a las próximas vacaciones de verano, esto genera un mayor atractivo de los destinos brasileños en detrimento a los destinos argentinos; lo cual sin lugar a dudas acentuará la tendencia que veníamos viendo de una mayor afluencia de turistas argentinos a las playas brasileñas.
En segundo lugar, vamos a ver en nuestra región (principalmente en Misiones, y en todas las localidades fronterizas) un mayor auge del comercio vecinal y los viajes de compras hacia ciudades brasileñas; proceso que, aunque ya se venía observando, ahora se profundizará.
Finalmente, en tercer lugar, la devaluación de la moneda brasileña también afectará al comercio exterior formal. De esta manera, los productos brasileños van a ser vistos con más frecuencia en el mercado argentino, y nuestras exportaciones tendrán mayores dificultades para acceder al mercado del país vecino.
Todo lo anterior nos lleva a remarcar la necesidad de profundizar las reformas estructurales en nación, provincias y municipios que permitan a las distintas empresas disminuir costos y como consecuencia de esto tener precios más competitivos.
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