El coronavirus le ha trastornado la vida también a los gobiernos, puesto que han visto reducido sus ingresos, teniendo una mayor presión para aumentar sus gastos, al menos en salud y en asistencia a sectores más afectados (desempleados y empresas en problemas). En Mendoza se ha complicado aún más, no sólo porque la cuarentena llegó justo en un periodo con finanzas deficitarias, sino además porque el financiamiento es escaso.