Por Jorge Day y Gustavo Reyes
Pensando en 2024, hay dos puntos claves que influirían en el mercado vitivinícola argentino. Por un lado, está la política anti-inflacionaria que está aplicando el gobierno que acaba de asumir, la cual inicialmente complicará al mercado interno (con menor poder de compra de la población) y favorecerá al externo (con un dólar oficial más caro).
Por otro lado, aunque todavía no hay pronósticos oficiales, se espera una mayor cosecha, en un contexto de stocks vínicos que no están bajos, lo cual es señal de mayor oferta de vinos.
Si ambos puntos se cumplen, es posible que, en el mercado interno, los precios de los vinos aumenten por debajo de la inflación, y lo mismo ocurra con las uvas. En cambio, es posible que haya una recuperación de las cantidades exportadas de vinos (aumentando los graneles en mayor proporción) y de mostos.