Síntesis: Con sus oscilaciones, la economía nacional se ha estancado desde hace cinco años. En dicho periodo Mendoza presenta un peor desempeño.
Tomando datos trimestrales, y sin estacionalidad, ha habido un leve repunte en la actividad en el tercer trimestre. Sin embargo, los datos nacionales muestran que Agosto fue un buen mes, no así Septiembre (ni tampoco Octubre). Señal que todavía hay que esperar.
La caída en el primer semestre fue clara con la devaluación, que impactó más en los ingresos de la población (con salarios que no pudieron seguir a la inflación). Para 2017 se pronostica un año mejor, pero es difícil esperar una fuerte recuperación. Tanto el dilema coyuntural (bajar inflación vs impulsar actividad) como la traba estructural (Argentina cara) hace difícil esperar un boom.
En general, ha sido un mal año para la mayoría de las actividades. ¿Cuáles peor? En líneas generales, podría pensarse que aquellas actividades más vinculadas al mercado interno hayan sido las de peor desempeño, debido a la menor capacidad de compra de la población, luego de la devaluación y del ajuste fiscal. Pero en 2016 también hubo problemas en los sectores más vinculados al mercado externo, ante una pobre cosecha de uvas, que redujo la cantidad de materia prima para el sector vitivinícola.
En la comparación interprovincial, se observa que la recesión fue menos severa en la región pampeana (beneficiada por mayor quita de retenciones), y mayor en la Patagonia (afectada por los bajos precios del petróleo).
Justo las patagónicas son las que presentan peores resultados fiscales. Un caso particular se da en la región cuyana. Se había mostrado que las tres provincias presentaban similar caída de actividad, pero sin embargo sólo dos (San Juan y San Luis) tienen margen fiscal para estimular esas economías. No es el caso de Mendoza, luego del descalabro financiero del año pasado.