El comercio es el sector con mayor participación en el PBG mendocino, y terminará teniendo un muy mal año, en buena parte debido al coronavirus. A favor se puede comentar que, luego de una abrupta caída en marzo-abril, se ha venido recuperando en los meses siguientes.
El desempeño comercial ha sido bastante heterogéneo, afectando menos inicialmente a supermercados, y más a comercio minoristas, especialmente en ventas de bienes de consumo durables (textiles). En algunos casos, hubo una fuerte recuperación, explicado más por el alto valor del dólar blue, que favoreció la venta de autos. Esta dinámica también contribuyó a acelerar el e-commerce (deliveries, Mercado Libre, otros), en detrimento del comercio tradicional.
En comparación a otras regiones, Mendoza presenta un desempeño medio, no ha sido de las más afectadas ni de las menos. En parte se explica por dos fuerzas que van en sentido contrario: ha tenido una cuarentena menos restrictiva (a favor del comercio), pero ha sufrido una mayor disminución en su poder de compra (en contra).
En condiciones normales, la mayor flexibilización de la cuarentena debiera favorecer al comercio, y también a toda la actividad económica, que permita recuperar los ingresos monetarios de la sociedad. Sin embargo, hay dudas sobre este último punto, debido a la incertidumbre macroeconómica (manifestada en la brecha cambiaria), y en el futuro de las inversiones, atendiendo a los hechos que la desalientan (la toma de terrenos, las distorsiones en precios, etc.).