Es usual escuchar opiniones sobre la pérdida de dinamismo de la economía de Mendoza, en comparación a otras jurisdicciones (por ejemplo San Juan) y a otros lugares del mundo. Se reconoce el avance que hubo en materia vitivinícola, pero con eso no alcanzaría. Se resalta la necesidad de cambiar la estructura productiva provincial, de modo que se desarrollen otras actividades que generen más empleo y mayores ingresos.