Gerardo Alonso Schwarz y Juan Cuevas
La superficie plantada de Yerba Mate, según información del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM) publicada recientemente, asciende a 209.277 hectáreas lo que implica un incremento de un 18% respecto al 2020.
En los primeros cuatro meses del corriente año cayó el ingreso de hoja verde a los secaderos en la zona productora un 53% pasando de 270.282 a 128.200 toneladas debido a la fuerte sequía vivida en la región principalmente en los últimos meses del 2021 y primeros del 2022 lo cual, las limitaciones a las plantaciones impuestas por el INYM a partir de este año, tendrá efectos muy claros en el mediano plazo.
En dicho período la yerba mate elaborada (molida y envasada) cayó 2 por ciento pasando de 92.438 a 90.815 toneladas, mientras que las exportaciones registraron un crecimiento del 1% en volúmenes y de un 3% en montos.
En este marco, y a veinte años de la creación del INYM, continúan vigentes las conclusiones del informe anteriormente mencionado de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia: “las crisis del sector yerbatero no están originadas en problemas de competencia, sino en la regulación sectorial y en otras características específicas del sector como la informalidad, las fluctuaciones de la demanda externa, el estancamiento de la demanda interna y las consecuentes dificultades para colocar una producción creciente. Las soluciones, por lo tanto, deben apuntar a promover el crecimiento de la demanda del producto, ya sea interna o externa y a facilitar a los productores primarios la diversificación de sus cultivos.”