Los números desfavorables que arrojó el año 2019 ya no solo exigen una reactivación de la economía, sino también la generación de empleos de calidad y la mejora en las condiciones de vida.
En un contexto en donde la inflación es una constante, el riesgo país pretende volar y los impuestos parecen no tener fin, el 2019 nos dejó un desplome en la capacidad de consumo y a cinco de cada diez trabajadores en el sector informal.
El sector de venta de autos ha tenido un año para el olvido, al de la construcción se lo debe tratar con recelo y al inmobiliario se lo debe mirar con detenimiento.
Por su parte, el sector turismo finalizó el año 2019 como el único con resultados favorables al experimentar incrementos altamente significativos en la cantidad de arribos de turistas, y el nivel de ocupación hotelera.