Anticipando lo que China estaba preparando, quizás el gobierno brasileño podría haber demorado su última medida, que de todos modos tampoco resuelve el fondo (necesita moderar el gasto para comprar dólares con recursos genuinos). De persistir esta ausencia de coordinación, se corre el riesgo que los países emergentes, que son la locomotora de la economía mundial, se enfríen más de la cuenta, en un contexto en el que la recuperación de los países desarrollados sigue tambaleante.