Existen elementos para proyectar que esta foto va a ir cambiando en el tiempo. El mundo que come poca carne (en términos relativos) es el mundo que más está creciendo y el que tiene una situación macroeconómica que transmite optimismo de cara al futuro (economías que generan ahorro tanto en el sector público como en el privado, que han avanzado en reformas estructurales, que se están integrando en forma creciente al comercio mundial).