Las boletas que todavía se están contando de las PASO, y lo que preanuncian para las legislativas de octubre, reflejan que no ha habido un "voto castigo" generalizado, pese a que el oficialismo a nivel nacional tuvo que hacer el "trabajo sucio" que la administración anterior buscó deliberadamente postergar. Parece ratificarse la "racionalidad oculta" que puede encontrarse en cada votación desde 1983, un fenómeno que, de todos modos, lejos está de otorgarle un "cheque en blanco" al bando triunfador de cada momento.
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