Hay quienes rotulan este comportamiento como "efecto Cristina", pero si hubiera tanto temor por el efecto negativo sobre la economía de esta postulación, el precio de las acciones bursátiles tendría que haberse derrumbado, y ha ocurrido lo inverso, ya que el Merval ha subido casi un 7 % desde entonces. Tampoco los indicadores de riesgo país muestran anomalías significativas. Más bien, las últimas fluctuaciones tendrían que ser encuadradas como una corrección dentro del nuevo régimen de flotación, en el que los reacomodamientos de la paridad se dan por saltos, en la búsqueda de nuevos equilibrios. El sector externo ofrece suficientes argumentos como para encontrar explicaciones técnicas, antes que políticas.
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