El costo inmediato no es alto porque las expectativas de inflación han subido no más de un punto, punto y medio y porque el precio del dólar, luego de algunas semanas de volatilidad, parece estacionarse en un nuevo andarivel, cerca de los 19 pesos, lo cual es más saludable para la economía. La percepción de un gobierno ahora más involucrado en la lucha contra la inflación, a diferencia de lo que ocurría el año pasado, ayuda a este escenario. De todos modos, es posible que hacia fin de abril la inflación haya consumido la mitad de la meta del año, por lo que las conjeturas acerca de cómo seguir habrán de estar a la orden del día. Para evitar nuevos traumas, quizá hubiera convenido mantener un “margen de error” para el cumplimiento del objetivo inflacionario, de modo que 3 puntos porcentuales de diferencia no renueven las especulaciones. Las internas del gobierno, que afloraron en diciembre, pueden arrojar señales divergentes en función de futuro.
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