Los rasgos de una economía de guerra
Jorge Vasconcelos
En 2022, el año de la invasión de Rusia, la economía de Ucrania se desplomó, el tipo de cambio contra el dólar estadounidense sufrió un ajuste del 35,3 %, las importaciones se contrajeron un 30 % respecto a 2021, y la inflación trepó del 10,0 % al 26,6 % anual. Son rasgos propios de una economía de guerra que, lamentablemente, en algunos aspectos la Argentina apunta a emular en este 2023, por desequilibrios macro que se han acentuado, a lo que se agrega el tremendo impacto de la sequía. El racionamiento de divisas puede implicar caídas de importaciones no energéticas superiores al 40 % interanual para los meses de abril a octubre, se generaliza la aplicación de un “dólar especial” para exportaciones e importaciones, con una diferencia de 35 % o más respecto del tipo de cambio oficial, y la inflación tiende a acelerarse por más de 20 puntos porcentuales respecto del cierre de 2022, que fue de 94,8 %.
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