No por casualidad, sus críticas más filosas en ese evento parecieron apuntar al secretario general de la CGT. Pero Hugo Moyano no debería tomarlo como algo personal. Desde el punto de vista estructural, uno de los principales lastres de la competitividad de nuestro país es el exagerado costo de la logística, que multiplica por tres la carga del sector sobre el PIB comparado con los Estados Unidos. En un plano más coyuntural, los costos laborales de la industria (corregidos por productividad) se encuentran hoy 40 % por encima del promedio 2008/09, cuando se vivieron los temblores más fuertes de una crisis mundial que no ha terminado y que, en esta última parte de 2011, está registrando réplicas de magnitud suficiente como para volver a enfriar la economía global. Justamente, a contrapelo de los objetivos oficiales, los datos de noviembre comenzarán a reflejar una marcada desaceleración en la marcha de las exportaciones. Este fenómeno, sumado a factores locales como los controles cambiarios y la suba de tasas de interés, se conjugará para un freno simultáneo en las importaciones, lo que afectará de manera significativa la marcha de la recaudación tributaria. Así, los ahorros fiscales basados en recorte de subsidios se verán en parte neutralizados, obligando a revisar en el transcurso de los próximos meses el inestable equilibrio alcanzado en los últimos días entre controles cambiarios, precio del dólar y tasa de interés.
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