Aunque la movida de Trump sea difícil de encasillar, lo cierto es que el contexto hace que China, Europa y Japón tengan mucho más para perder que para ganar si decidieran embarcarse en un “ojo por ojo” de represalias. Salvo que Washington llegara a tomar medidas más extremas, los incentivos del resto de las potencias están alineados en función de evitar la escalada de los conflictos. Pero eso no quiere decir que la incertidumbre habrá de ceder rápidamente, un dato inoportuno para la agenda de “inserción inteligente” del gobierno nacional, que lo obliga a profundizar la vía del pragmatismo para encontrar oportunidades dentro de las dificultades. Mientras insiste en lograr un acuerdo comercial con la Unión Europea, en el plano del financiamiento externo se anuncia que no habrá nuevas emisiones de bonos por este año, lo que permitió una leve baja del riesgo país, al tiempo que el Banco Central trata de reencauzar el objetivo de la desinflación interviniendo más en el mercado cambiario para no tener que volver a subir las tasas de interés, lo que afectaría la marcha del nivel de actividad.