Informes de Coyuntura

Preocupa al FMI que Argentina cumpla las metas acordadas

Miembros del organismo declararon que la “situación de Argentina es preocupante”. Entre los mayores problemas se encuentran el gasto público y la acumulación de reservas. 

28 de julio de 2022 · Publicado en Informe de Coyuntura No. 1434 · Año 31

Por Jorge Vasconcelos

A pesar que Argentina haya logrado cumplir las metas para el desembolso del 28 de junio pasado y se espera con optimismo que haga lo propio en septiembre, miembros prominentes del Fondo Monetario Internacional (FMI) declararon que “la situación de Argentina es muy preocupante”. El factor más importante y que debe ser prioridad para lograr la estabilidad es la inflación desmedida, que debe ser controlada rápidamente. La creciente preocupación debe ser interpretada de cara a fin de año, ya que en diciembre se espera un desembolso de 6,2 mil millones de dólares.

Uno de los principales problemas que hacen sonar la alarma a la hora de cumplir las metas es el de la deuda interna. Cuando el acuerdo con el FMI fue firmado, se esperaba que hubiera más financiamiento externo disponible en forma de créditos de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.. Sin embargo, ésto no se corresponde con el escenario actual y el Banco Central tuvo que salir al rescate del gobierno argentino. A su vez, esto generó un fuerte aumento de la emisión monetaria. 

Por otro lado, existe un gasto público demasiado elevado que hizo que la emisión de pesos y las normas para el sistema bancario queden subordinadas al objetivo del Tesoro argentino de conseguir financiamiento. A pesar de que en julio disminuyó la emisión, siguen existiendo dos problemas. En primer lugar, el Central debe incrementar sus reservas comprando dólares, medida que tiene efectos expansivos sobre la base monetaria. En segundo lugar, el roll over de los vencimientos de deuda interna no está asegurado. Además, el gasto público genera un aumento en los desequilibrios externos. De esta forma, la reducción del gasto público debe ser una prioridad. 

Al mismo tiempo, el Banco Central debe acumular reservas para poder financiar la deuda en los años próximos. Hasta el momento, la principal fuente de reservas fueron los desembolsos del FMI, sin los cuales el balance de las mismas hubiera sido negativo. Es necesario que se comience a acumular reservas sin la ayuda del organismo urgentemente. 

Para hacerle frente a todos estos problemas, el gobierno de la Argentina parece estar empleando el método de “prueba y error”. Sus principales medidas fueron, por un lado, autorizar a los productores de soja acceder al dólar ahorro y, por el otro, seguir emitiendo LELIQs. Ambas soluciones tienen problemas que las hacen insostenibles, haciendo que el Gobierno pueda mantener esta vía de acción mientras no deteriore las expectativas. 

Las opciones alternativas a eso on limitadas. Existe la opción de llevar a cabo una devaluación como se hizo a fines de 2013 y principios de 2014, pero es importante tener en cuenta las diferencias en los contextos. En aquella oportunidad, la inflación interanual se ubicaba en el 26,7 % , la brecha cambiaria era del 64 %, el nivel de las reservas netas del Banco Central se ubicaba en torno a los 16 mil millones de dólares y, a nivel político, no existían fisuras relevantes en el oficialismo. Las condiciones del presente obligan a pasos más cuidadosos, reforzando al máximo las pocas anclas disponibles, fundamentalmente el gasto público. A eso obliga una inflación que triplica los registros de 2013, reservas netas que son una fracción de aquellas y una brecha cambiaria que más que duplica los datos de entonces. 

De llevarse a cabo la devaluación, debería contar con las anclas de una política fiscal que sea suficientemente potente para que, a su vez, la política monetaria recupere el rol de regenerar la demanda de pesos, objetivo que no se puede lograr si la emisión está subordinada al financiamiento directo e indirecto del Tesoro.