Falta que el fenómeno de la desinflación pase a ser visto como un instrumento para salir de la recesión. Pese a que los malos datos de actividad se prolongan hasta el arranque de este cuarto trimestre, el poder adquisitivo de la masa salarial ampliada (sueldos, jubilaciones y planes sociales) ya comienza a empatarle a la inflación en este fin de año, luego de caer un 7,5 % en el primer semestre. Adicionalmente, la recuperación del ahorro canalizado hacia los bancos ha comenzado a ampliar la capacidad prestable del sistema, en pesos y en dólares, fenómeno que también ayudará a romper la inercia recesiva.
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