Los esfuerzos por mantener al dólar estable y el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos, colaboraron con la contención de los niveles de dos de los componentes del Índice de Costos: Inversión en Tecnología e Infraestructura y Servicios Públicos. Éstos aumentaron en relación al trimestre anterior un 4% y un 1,2% respectivamente. Para el análisis del componente Materiales e Insumos se incluyó tanto la canasta original como la canasta COVID-19. En el primer caso, los Materiales e Insumos subieron un 15%, mientras que con la incorporación de los insumos relacionados al coronavirus, el incremento fue del 37%. El componente con mayor peso relativo del Índice de Costos, las Erogaciones Laborales, cayó un 37% debido a las insuficientes recomposiciones salariales y la reducción del costo por trabajador gracias al programa de Asistencia al Trabajo y a la Producción (ATP).
El importante descenso de los Costos Laborales propició una caída del Índice de Costos del 13% sin considerar los insumos COVID-19. Si estos últimos se integran al análisis, la caída resulta del 4,7%. No obstante, el Índice de Ingresos permanece rezagado y superado por Índice de Costos, resultando en el escenario más realista donde se incluye la canasta COVID-19, una brecha del 34%.
De no ser por la reducción en los costos laborales que propició el programa ATP, el aumento del Índice de Costos con respecto al primer trimestre 2020 hubiera sido del 10,8% considerando la canasta COVID-19, y la brecha con el Índice de Ingresos se hubiera acrecentado a un 56%.