La energía fue la síntesis perfecta de ese cuadro de situación, ya que la balanza comercial del sector pasó de un superávit de 6,2 mil millones de dólares/año en julio de 2006 a un rojo de 6,6 mil millones en enero de 2015. Este brutal deterioro en las cuentas externas, de 12,8 mil millones de dólares en una década, ha sido, de todos modos, sólo la punta del iceberg del problema. Debajo de la superficie, ocurrió que un gran número de plantas productivas sufrió interrupciones por falta de energía en los respectivos picos de demanda de electricidad y de gas, experiencias que alejaron nuevas inversiones. Ahora, cuando la oferta local de gas y la generación de electricidad están haciendo un punto de inflexión, una parte de la oposición intenta boicotear la política energética, como si tres quinquenios hubieran pasado en vano.