El verbo evitar (…que la pesada herencia se transforme en una crisis…) ha dominado la agenda del año que termina y cabe esperar que el 2017 haga su aporte para ampliar el horizonte como forma de guiar a las inversiones. El Ejecutivo tiene pendiente una definición más precisa de reglas de juego (ritmo de la apertura de la economía, relación Estado-Privados, plan fiscal de mediano plazo) que asegure que la reactivación que se perfila para el año que arranca empalme con una etapa de crecimiento sostenido. Aunque se ha señalado que ese rumbo debería replicar la experiencia de Australia, la dualidad de la Argentina en términos de productividad y grados de formalidad de la economía sugiere que una referencia más apropiada es la unificación de Alemania de los años ´90, cuando el lado Oriental fue incorporado, con reformas y fuertes inversiones, a la parte desarrollada del mundo.
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