En realidad, dicho enunciado olvida considerar algunas consecuencias indirectas del gasto en subsidios, como es su impacto sobre la tasa de inflación, que carcome los ingresos reales y el poder adquisitivo de la población. Así, lo que el Estado pone en un bolsillo de las personas, lo saca del otro, con efectos extras que no resultan neutros para la economía.
En los últimos 12 meses el BCRA debió emitir cerca de 85 mil millones de pesos para asistir al Tesoro Nacional, ya sea vía adelantos transitorios o por remisión de utilidades. Mientras tanto, en el período enero a octubre del corriente año, el gasto en subsidios económicos del gobierno nacional ascendió a alrededor de 101 mil millones de pesos, explicados en su mayoría por el sector energía (65 MM) y Transporte (23 MM). Con un crecimiento interanual del 47,8% en lo que va de 2013, las erogaciones en esta materia ya superan en un 7% al conjunto del gasto del gobierno nacional en educación, salud, seguridad, ciencia y técnica y promoción y asistencia social. De otra forma, el gasto en subsidios económicos equivale a un 7,9% del consumo privado de la población en 2013.
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