Esto hace que si, con el correr de las semanas, el mercado cambiario encuentra cierto equilibrio, las expectativas de nuevas rondas devaluatorias e inflacionarias se habrán de aplacar. Además, el nivel de actividad ha caído respecto de mediados de año, por lo que no es tan fácil para las empresas subirse a la ola de las remarcaciones, con una tasa de interés que ha vuelto al terreno positivo. Sin embargo, para que la rueda se ponga en movimiento, es clave que aparezca oferta de granos en el mercado de Rosario. El stock de los “silo-bolsa”, estimado en unos 8 mil millones de dólares, debería comenzar a venderse fluidamente, para que pueda materializarse el compromiso de las cerealeras de liquidar 400 millones de dólares diarios durante las próximas semanas. El tema es que la mejora del precio (en pesos) de los granos ha sido muy significativa para el trigo y el maíz, pero fue mucho más acotada para el caso de la soja (del 30 %, aproximadamente), que es la que mueve el amperímetro del comercio exterior.
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