Forman parte de aquellos contratiempos las idas y venidas en el tema tarifas, las zozobras con la reforma del Impuesto a las Ganancias y la pérdida de efectividad en políticas en las que intervenían distintas carteras o diferentes dependencias dentro de un ministerio. Para dejar atrás esas falencias había dos opciones: o se avanzaba hacia un “super-ministro” de Economía, o se fortalecía el rol de la Jefatura de Gabinete, a cargo de Marcos Peña.
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