Los riesgos de recaída recesiva en el mundo desarrollado se acentúan, aunque subsiste cierto desacople para la evolución del mercado de commodities, clave para la Argentina. El dólar débil, magros inventarios y un mundo emergente que todavía tracciona están detrás de precios de granos que aún se ubican casi un 20 % por encima de 2010. Sería peligroso que esta fotografía alimente la autocomplacencia en el gobierno, porque la película no ha terminado. Si la crisis se agravara, entonces el desacople se derretiría. Si el escenario se estabilizara, de todos modos Estados Unidos seguiría exportando inflación al resto del mundo. En la Argentina, la suba de costos en dólares seguiría erosionando la competitividad a un ritmo cada vez más preocupante. La moderación del gasto público corriente y un pacto de competitividad entre gobierno, sindicatos y empresas podrían ayudar a contener los daños.
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